Mi pueblo tan añorado, es como si hubiera dejado gran parte de mi vida encerrado entre las montañas que te rodean. Las mañanas frescas de diciembre llegan a mi memoria, y me traen tantos recuerdos de una niñez rodeada de tantas personas que han hecho una gran diferencia en mi vida, y que les dedico paginas en el libro de mi memoria.
Puedo comenzar con mis recuerdos en el Maternal San Jorge, donde Tiíta y Gina fueron las encargadas de fomentar el espiritu de superacion aun a tan temprana edad. Las recuerdo con un cariño inmenso, y se que el Señor las tiene en la gloria por ser mujeres tan valerosas.
Pudiera proseguir con el lugar que tal vez sea el que aparece en todos mis sueños y pensamientos, porque allí se quedó gran parte de mi vida: mi adorado Colegio San Pablo. Por lo mismo dedicaré una página solo para el porque durante 10 años de mi formación académica y personal, fue partícipe de tantos sueños, aventuras, muchas alegrias y pocas tristezas. Donde el mundo se detenía para darme la oportunidad de forjar buenas amistades, las cuales durarían para toda la vida.
Pero quisiera seguir por mi familia, mis vecinos y mis amigos que se han quedado atrapados en un espacio entre mi memoria y mis recuerdos, y con el mismo cariño de siempre. Es como si nunca me hubiera ido, gratos momentos compartidos con los mayores, escuchando sus relatos de familia, del vecindario, recuerdo tanto las melcochas de Maria Negrito que comprabamos desde el patio del Maternal por 5 centavos. Los dulces de jalea que hacia Sori (Soraida), los dulces multiples que vendia en su dulceria doña Alfida Rosario. Asi como la pulperia de Flor Guerra que luego siguio su sobrino Thomas la tradicion hasta hace poco tiempo. Mas adelante estaba la pulperia de Heroito Rosario que era otra opcion cuando la primera no tenia los articulos necesitados.
Pero aun mas cerca, estaba el Salon de Mechy Del Villar, que era el primer centro de belleza para el pelo en ese tiempo, y el zapatero y amigo de la familia Don Tomas Mendez, oriundo de Azua pero casado con una Bonaera, la profesora Linda Rosario que descansen ambos en paz.
Recuerdo mucho el parque Enriquillo , ahora sus terrenos albergan la Plaza de la Cultura de Bonao, donde hacian muchas actividades con motivo de la Semana Santa, Fiestas Patronales, y donde hacian ferias con sillitas voladores, y estrellas que mi abuelo solia llevarme.
Mis vecinos de toda la vida, las inolvidables Señoritas Perez (Tete y Rosalia), Anacleta que en paz descanse y Onofre, Franciquito y Cecilia y otros tantos que nunca olvidados y siempre recordados porque llegan capitulos innumerables de las paginas del libro de mi vida.
Mi pueblo es tan rico en cultura y tradicion, solo necesita retomar las riendas que una vez tuvo, me gustaria tanto que las personas cultivaran mas su amor por las artes, la musica y todo lo que tenga que ver con el crecimiento personal y por ende el desarrollo de nuestro pueblo y nuestra cultura.